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Problemas para amamantar 

En la lactancia materna pueden surgir dificultades que pueden causar estrés y preocupación aquí te las mostramos cuales son y como solucionarlo.

Es posible que el bebé rechace la leche por problemas en las mamas. Estos son los más comunes:

Pezón plano o invertido: No impide al bebe succionar la leche, pero lo dificulta. Se puede usar una pezonera o un sacaleches para conseguir la leche.

Dolor o grietas en la mama: Surgen a causa de una mala postura al amamantar o porque el bebé presenta problemas para succionar, como un frenillo lingual corto. Para aliviar el dolor, se recomienda aplicar la propia leche sobre la grieta, o tratar de amamantar con el pecho no dolorido primero.

Ingurgitación: Es el dolor que se produce en las mamas por acumulación de leche. Para aliviar el dolor se debe extraer la leche, para lo que se puede recurrir a un sacaleches si el bebé no quiere tomarla. Para facilitar este proceso se puede aplicar calor sobre los senos, ya que se produce una vasodilatación que permite que la leche fluya mejor.

Mastitis: Cuando se retiene leche durante mucho tiempo, los lóbulos de la mama pueden llegar a inflamarse, provocando lo que se conoce como una mastitis. Puede presentar síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre, escalofríos, malestar general, cefaleas, etcétera. Es una infección que no puede transmitirse al bebé, y la forma de tratarla es extrayendo la leche (de forma similar a la ingurgitación) y reposar. Se pueden tomar analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol para aliviar los síntomas. Continuar amamantando también puede ayudar a revertir los síntomas.

Rechazo del bebé:

En ocasiones, el bebé se mostrará reacio a mamar de uno o de ambos senos. La mayoría de las veces esto se puede solucionar encontrando la causa que provoca el rechazo:

La postura de amamantamiento no es la correcta.

  • El pezón es plano o demasiado grande.

  • El bebé tiene una pequeña lesión (oído, clavícula, hematoma, etcétera).

  • Mastitis.

  • Una experiencia previa le produce rechazo al seno, como un sondaje.

  • Cambios en la rutina: la madre comienza a trabajar, visitas, mudanzas, etcétera.

  • La madre está embarazada o menstruando, lo que puede provocar cambios en la leche.

  • Cambios en el olor de la madre, por jabones o perfumes.

  • Ruidos fuertes durante el amamantamiento.

Mordidas:

La curiosidad del bebé con sus dientes recién desarrollados puede hacer que en ocasiones se produzcan pequeños mordiscos en el seno, que pueden causar dolor. Para evitarlo, se debe hacer entender al bebé que no puede hacerlo.

Para ello, se puede retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida mientras se le dice “no” con semblante serio. Poco después, se puede seguir amamantando. Es posible que sea necesario repetir el proceso varias veces para que el niño entienda el mensaje.

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